Los tratamientos odontopediátricos generan, muchas veces, un nivel de estrés en el paciente infantil que no contribuye a que el comportamiento de los niños en la consulta dental sea el adecuado para facilitar el éxito del proceso.
Por suerte, los estudios en odontología ya han abarcado este fenómeno, observando y clasificando la conducta de los pacientes infantiles y ofreciendo una solución para el manejo de cada una, con el fin de poder hacer llegar a todos los profesionales de la odontología un método efectivo para que todos salgan ganando.
En DVD Dental, en nuestro afán por hacer que tu día a día en la clínica dental sea más cómodo y puedas ofrecer siempre el mejor servicio, te traemos las claves del método más eficaz para saber cómo tratar al niño en la consulta. Con él, nuestro objetivo es doble: conseguir que el menor se relaje y que su experiencia durante la visita sea lo más placentera posible y que el dentista obtenga el clima necesario para favorecer la concentración profesional.
Tipos de conducta infantil durante la visita dental
Antes de comenzar a abordar de forma específica cómo solucionar cada uno de los tipos de conducta que el menor puede presentar, resulta de gran utilidad identificarlos.
La conducta negativa es la más radical de cuantas podemos observar: la menos colaborativa, en la que el menor muestra una gran aversión, grita y rechaza frontalmente el tratamiento.
En un rango intermedio, observamos conductas más moderadas y ligeramente positivas, en la que se atisba un inicio de colaboración con el odontólogo y se aceptan, con cautela, algunas peticiones para seguir el tratamiento.
En último caso, la conducta más deseable es aquella abiertamente positiva, en la que el menor, en buena relación con el dentista, incluso se llega a mostrar interesado por el tipo de tratamiento que va a recibir y sus pasos.
Técnicas para el manejo del comportamiento de los niños en la consulta dental
Cuando la cooperación del paciente infantil no es la deseable para garantizar el buen hacer del dentista, es necesario recurrir a técnicas de manejo de conducta con el fin de alcanzar durante la visita el clima idóneo.
Una técnica sencilla y muy común, con grandes resultados, es la que comienza con una explicación al menor, en términos adecuados a su edad, sobre el procedimiento que se va a seguir y las herramientas que se van a emplear. Nombrar y mostrar el instrumental y explicar, con voz calmada y suave cada uno de los pasos a seguir, reforzará la seguridad del menor durante la experiencia.
Otra gran idea es prevenir al menor de posibles molestias que pueda ocasionarle la práctica, hacerle ver que son perfectamente normales y las opciones que tiene para indicar al dentista el cese.
La técnica del sentir, decir y hacer es la recomendada en toda ocasión como opción inicial, con independencia de la actitud del menor. Incluso cuando la disposición es positiva, es adecuado emplearla para conseguir que el niño se familiarice con las visitas al dentista y el material utilizado.
En caso de que el comportamiento de los niños en la consulta dental sea negativo, es recomendable que el dentista evalúe la idoneidad de la presencia de los padres durante la aplicación del tratamiento.
En algunos casos, la ansiedad del paciente infantil aumenta si los progenitores están presentes. En otros, se hace beneficiosa y contribuye a cambiar su actitud en una dirección más colaborativa. Según el caso, el dentista debe valorar qué puede ser mejor, que estén presentes o no en el área de trabajo.
Refuerzo positivo para mejorar el comportamiento de los niños en la consulta dental
El refuerzo positivo y la motivación del menor es otra técnica que da grandes resultados en consulta, tanto si la actitud es adecuada o no.
En las situaciones en las que el niño se muestra colaborativo es muy importante reforzar su conducta con agradecimiento y reconocimiento a través de elogios. De este modo, se les hace saber que su actitud es estupenda y se anima a que la sigan en sus consultas posteriores.
En el caso de que el niño se muestre negativo, el refuerzo positivo funciona igualmente como guía del comportamiento cuando comienza a dar pequeñas señales de cooperación. Reconocerlas y premiarlas rápidamente resultará efectivo para acrecentar esta actitud en el paciente infantil. Incluso, al final de cada consulta, para que el niño la identifique con una experiencia lo más placentera posible es muy recomendable premiar al menor con una pequeña recompensa.
En los momentos en los que el nivel de estrés y tensión es muy elevado, resulta eficiente dirigir la atención del niño a otro lugar, de manera que se haga menos consciente de los procedimientos que se están llevando a cabo. Mantener con él o ella una conversación distendida, preguntarle por sus gustos y preferencias y sacar a colación sus temas de interés, hará que se distraiga, gane confianza con el dentista, mejore su comunicación y se sienta mejor durante la consulta dental. Por supuesto, también es importante explicar a los padres cual va a ser la estrategia en el tratamiento de su hijo.
La combinación de todas estas técnicas durante la sesión, en función de la edad y la actitud del menor, resulta de gran eficacia para dirigir el comportamiento de los niños en la consulta dental hacia un escenario ideal en el que el menor se encuentre relajado y el dentista pueda trabajar con mayor soltura y eficacia.