En odontología, el uso de jeringas de anestesia dental es fundamental en los casos donde la intervención tiene cierta envergadura. La anestesia adormece la zona a tratar para evitar que el paciente sienta molestias y beneficia el correcto desarrollo del procedimiento quirúrgico.
En este caso hablamos de anestesia infiltrativa, pues se introduce el anestésico en la zona más próxima a tratar con una jeringa y una aguja. Este procedimiento puede ser apical (se introduce la aguja en el ápice y se anestesia solo el diente) o troncular (actúa a nivel del tronco nervioso principal y afecta a un cuadrante quedando dormida la lengua y los labios también).
A continuación, os especificamos los diferentes tipos de jeringas para anestesia dental y sus partes.
Partes de la jeringa
La jeringa es el vehículo que contiene el tubo anestésico y la aguja con la cual es posible efectuar la infiltración anestésica. Actualmente, las más usadas son las metálicas reutilizables. Estas se componen de dos partes básicas: el cuerpo y el pistón o embolo.
El cuerpo es la forma cilíndrica y hueca que da cabida al tubo anestésico que se coloca en su interior. En la parte anterior tiene una punta enroscada en la cual se inserta la aguja, lo que permite que se una al extremo del cuerpo de la jeringa de manera firme y segura.
En el otro extremo de la jeringa encontramos la zona de sujeción, que puede ser en forma de T o de anillo. Su función es permitir apoyar lo dedos y empujar el pistón. El embolo, en el extremo que se une con el tubo anestésico, lleva un diseño especial que le permite engancharse a la tapa de goma del tubo.
Por tanto, las partes de las jeringas de anestesia dental son:
- Cuerpo
- Punta enroscada
- Pistón o embolo
- Zona de sujeción
Tipos de jeringas para la anestesia dental
Una de las características más importantes a tener en cuenta de las jeringas para anestesia es que sean duraderas y capaces de esterilizarse sin sufrir corrosión. Además, deben aceptar gran cantidad de tipos de agujas y ser sencillas de usar con una sola mano. Encontramos diferentes tipos:
Jeringas metálicas de cartucho con aspiración
Son las más utilizadas en odontología. Sus principales ventajas son que su cartucho es visible y que la aspiración se puede realizar con una mano. Además, son esterilizables en autoclave y resistentes a la corrosión. Las desventajas que presentan es que son más pesadas que otras y su tamaño es demasiado grande para ciertos pacientes.
Jeringas autoaspirativas metálicas
Este tipo está destinado para una aspiración importante de más del 10-15%. Como en el modelo anterior, su cartucho también es visible. Son muy fáciles de aspirar, se pueden esterilizar en autoclave a 134 °C, resisten la corrosión y contienen el pistón graduado. La desventaja es que son más pesadas.
Jeringas con empuñadura anatómica para anestesia intraligamentosa e intraseptal
Su principal ventaja es que no hacen ruido con cada presión. El avance del pistón es silencioso y más regular, lo que hace menos dolorosa la anestesia. Son muy seguras y potentes gracias a un sistema que divide la fuerza entre tres. También son progresivas puesto que regulan la dosis de líquido en cada presión. Son esterilizables en autoclave a 134 °C.
Jeringas articuladas
Permiten una inserción fácil y rápida de los cartuchos de anestesia local. Su mecanismo simplificado garantiza una aspiración eficaz. Son fáciles de manejar y permiten un control preciso de la inyección. También son esterilizables.
Jeringas desechables
Estas jeringas de un solo uso son muy ligeras, estériles y más económicas que otros modelos anteriormente mencionados. Incrementan la seguridad al minimizar el riesgo de intercambiar las jeringas. Sin embargo, no aceptan cartuchos y son más difíciles de manejar.
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